A mi ventana cerrada,
muy suave llamaba,
una paloma torcaza,
herida, gemía.
Yo era un poeta dormido,
nunca al amor le canté.
A esa paloma torcaza,
cuidando su herida, mi amor le entregué.
Quiéreme torcacita ingrata,
tú me enseñaste a amar
y al que te hirió con saña en el alma,
hoy tienes que olvidar.
Quiéreme torcacita ingrata,
tu amor al norte fue,
olvida ese palomo,
que no merece tu corazón,
pobre paloma enferma,
te vas muriendo de soledad.
Música. (Guitarra)
En la ventana florida,
su pena tejía,
de tanto mirar los cerros,
sus ojos morían.
Nunca hubo tanta tristeza,
se le olvidó su canción,
pobre paloma torcaza,
no existe remedio, para el mal de amor.
Quiéreme torcacita ingrata,
tú me enseñaste a amar
y al que te hirió con saña en el alma,
hoy tienes que olvidar.
Quiéreme torcacita ingrata,
tu amor al norte fue,
olvida ese palomo,
que no merece tu corazón,
pobre paloma enferma,
te vas muriendo de soledad.
Quiéreme torcacita.