Anda corriendo un relato,
con cuidado y con afán,
en la población de "El Plato",
se volvió un hombre caimán.
Se va el caimán, se va el caimán,
se va para Barranquilla,
comiendo pan, comiendo pan,
untado con mantequilla.
Lo que come este caimán,
es digno de admiración,
come queso y come pan
y bebe tragos de ron.
Se va el caimán, se va el caimán,
se va para Barranquilla,
comiendo pan, comiendo pan,
untado con mantequilla.
Una vieja y un viejito,
se cayeron en un pozo
y la viejita decía,
¡ay!... qué pozo tan sabroso.
Se va el caimán, se va el caimán,
se va para Barranquilla,
comiendo pan, comiendo pan,
untado con mantequilla.